La felicidad es un estado emocional, el más deseado.

Cada persona tiene un ideal diferente de felicidad, por esa razón no existe un mismo camino para alcanzarla.

Como demuestran numerosos estudios la felicidad es una habilidad, por eso es posible crear las condiciones para promover la felicidad y positividad en el ambiente laboral.

Las organizaciones saben que el beneficio de contar con trabajadores felices es alto en términos de productividad, rendimiento, menor rotación, mayor creatividad, bajo absentismo, etc.

A lo que se une la mejora personal del empleado en términos de salud, disminución del estrés, satisfacción, “engage”, ambiente laboral

La felicidad es la habilidad de acceder a un amplio rango de emociones positivas, navegar en el complejo universo emocional y ser capaz de poder elegir voluntariamente cuales tener más presentes en el trabajo y en la vida :

ALEGRÍA - entusiasmo (estado elevado de energía que ayuda a crear ya aprovechar las oportunidades. Trabaja también para movilizar nuestro esfuerzo y el de otros), humor, ilusión, diversión, optimismo, placer

AMOR -interés (energía de enfoque que ayuda a comprometerse con tareas que son reto a corto plazo, pero que aportan beneficios a medio-largo plazo), aceptación, paciencia, empatía, confianza, autoestima, respeto y compasión (conexión con nosotros mismos y con las personas que nos rodean, pudiendo comprender sus acciones y deseando que sean felices)

FELICIDAD - armonía, equilibrio (mental, físico y emocional), serenidad, satisfacción, tranquilidad, estado de flujo

El sistema de defensa “lucha-huída” genera emociones negativas

Entre las muchas formas en que podemos reaccionar cuando las cosas van mal en el trabajo, el sistema de defensa “lucha-huída” es el más rápido y más fácil de desencadenar. Su emoción básica es el miedo

Cuando percibimos una amenaza, las tareas no están acabadas o tenemos pendiente una conversación difícil con un cliente, nuestra amígdala (que registra el peligro en el cerebro) se activa, liberando cortisol y adrenalina, y nos preparamos para luchar, huir o congelarnos.

Sentirse amenazado pone tensión en la mente y el cuerpo, y el estrés crónico puede causar ansiedad y depresión

¡LA AUTOCRÍTICA NO AYUDA!

El sistema funciona bien para protegernos contra las amenazas a nuestros cuerpos físicos, pero hoy en día la mayoría de las amenazas que enfrentamos son desafíos a nuestra autoimagen o autoconcepto.

Esto significa que la autocrítica es a menudo nuestra primera reacción cuando las cosas van mal, afectando negativamente a nuestro bienestar emocional y físico.

El sistema de "atención y cuidado"

Este sistema con el que afortunadamente contamos como mamíferos, genera emociones positivas. Ha funcionado en la especie para cuidar de los pequeños de la manada.

Cuando se activa este sistema, se liberan oxitocina (la hormona del amor) y endorfinas (opiáceos naturales), lo que ayuda a reducir el estrés y aumenta la sensación de seguridad y protección.

Dos maneras confiables de activar el sistema de “atención y cuidado” son el contacto calmante, las vocalizaciones suaves y los buenos deseos.

Compasión y felicidad

Estudios recientes muestran como la compasión está relacionada con este sistema de “atención y cuidado” de los mamíferos.

Por eso cuidarnos y ser compasivos con nosotros mismos en un momento de dificultad laboral en el que nos sentimos fracasados o inadecuados nos hace sentirnos seguros, disminuyendo la sensación de ansiedad y preocupación.

La compasión involucra tratarnos a nosotros mismos como trataríamos a alguien querido que está pasando un mal momento

Mindfulness es la base de la compasión y la felicidad

Consiste en ser consciente de lo que sucede en el momento presente con aceptación.

Es entrar en contacto directo con la experiencia, y cuando sufrimos dejar ir la historia de lo que está pasando y “estar” con ella, con nosotros mismos, con corage y presencia

Entrenar la habilidad para permanecer presentes en medio de la “tormenta” nos da el acceso a las emociones que atraen la felicidad